¿Por qué los profesores se resisten a capacitarse y actualizarse?

Cabeza 2

José Luis “Tata” Echegaray

Entrenador de tenis y pádel. Es profesional. Consultor deportivo en Gestión y Marketing. Lic.  en Periodismo. Máster en Cs. Políticas y con estudios en USA, Brasil y Argentina en Gestión Deportiva. Columnista de diversos medios. Página web: www.proclub.com.ar. Blog “La Raqueta Subversiva” en Medium y “El 3er Lugar”

Mail: joseluis@proclub.com.ar

Daniel Crivelli

Entrenador de tenis. Recibido en la “Diplomatura en Management y Marketing Deportivo” en U.B.A. Capacitarte – Facultad de Ciencias Económicas de la U.B.A.; en el   “Programa FIFA / CIES / UCA de Derecho y Management del Deporte”.  Recibido en el Comité Olímpico Argentino (C.O.A.) en los siguientes cursos: “Managing Olympic Sport Organisations” (M.O.S.O.); “Administración Deportiva”; y “Educación Olímpica”.

Mail: daniel_crivelli@hotmail.com

Intro

Es habitual que en los Congresos de Entrenadores de todo el mundo, por lo menos en los de deportes de raqueta, que es lo que más conocemos, siempre veamos las mismas caras, tal vez algunas nuevas si el lugar es muy lindo turísticamente y/o alguna personalidad que es muy famosa (jugador/profesor), o que rara vez habla, participa.

Pero si no, siempre son (somos?) los mismos. Tratando de develar las razones y a la vez proponiendo algunas (ilusorias?) soluciones, es que con Daniel Crivelli, una de los profesores de Argentina más formados, escribimos este artículo para el3erlugar.com

Excusas, excusas

Descartemos de entrada los incentivos internos para capacitarse, que se podrían dividir en

  • Los buenos o “morales”: uno se debería capacitar porque está “bien, porque así su servicio es mejor y logra un aprendizaje más fluido y exitoso, y eso ya es una satisfacción en sí
  • Los utilitarios o “de negocio”: si mejoro lo que brindo, puedo cobrar más.

Dejando de lado esto, que es una cancha en la que juegan pocos, creemos que se deberían diseñar incentivos y castigos para el proceso de mejora continua.

Es curioso lo que pasa con las excusas que ponen la mayor parte de los profesores a la hora de no capacitarse. Sin hacer un ranking, aquí van algunas: 

  • Es una pérdida de tiempo…
  • Hace 30 años que doy clases, que pueden enseñarme nuevo?…
  • Es un gasto que ahora no puedo hacer…
  • Estoy dando muchas clases, no tengo tiempo…
  • Si voy a cobrar lo mismo, para que lo voy a hacer?

Estas y otras contestaciones escuchamos a menudo cuando hablamos con profesores que nunca se capacitaron. 

Como agregado a esto y, paradójicamente o no, en los cursos de actualización se ven muchos más profesores del interior que de la Capital Federal. Por qué es esto? Creemos que una forma de destacarse en el interior es capacitándose y actualizándose.

Razones, Razones

Parecería que explicar por qué capacitarse es como hablar de algo obvio, no? Pero es tan así? Es importante capacitarse? Imaginemos si esto lo extrapoláramos a otras profesiones y nuestro dentista, por citar un caso, no se capacitara en el uso de anestesia o cómo usar tornos mejores? Ni hablar de neurólogos o de maestros…

Pero para tratar de aclarar el tema y desmitificar, veamos las excusas una por una y desmontemos las falacias en que están montadas:

  • Es una pérdida de tiempo: los cursos de actualización o “reciclaje”, a menos que estén mal dados o sean solo “humo”, nunca pueden ser una pérdida de tiempo, porque justamente agregan valor y es una inversión imprescindible para todo aquel que pretenda marcar una diferencia en su actividad. Además, si pretendemos que el deporte crezca en cantidad de jugadores, se necesitan profesores formados para llevar el deporte a un nuevo nivel de excelencia.
  • Hace 30 años que doy clases, que pueden enseñarme nuevo? …: más allá de la mezcla letal de soberbia e ignorancia, no se puede agregar mucho. Solo basta mirar alrededor y ver cómo cambió la sociedad, la economía, el deporte mismo, en mucho menos que 30 años, por qué la enseñanza sería una excepción a eso???
  • Es un gasto que ahora no puedo hacer…: bueno, claramente es parte del problema de la ignorancia de muchos: confundir inversión con gasto
  • Estoy dando muchas clases, no tengo tiempo…: este punto tiene que ver con el que sigue, porque está claro que sacrificar clases para capacitarse implica resignar ingresos, pero si con la capacitación vamos a lograr mejorar nuestro servicio y, por ende, nuestro salario, no es una buena opción?
  • Si voy a cobrar lo mismo, para que lo voy a hacer?: la falta de instrucción financiera (ahorro, inversión, presupuesto, etc.) es una de las áreas mas descuidadas en la formación de profesores, y dado que la mayoría son independientes o mutan de trabajo con frecuencia, es un aspecto que debe tenerse muy en consideración

Si no es por las buenas…

Pero hay un marco a todo esto y es que no hay un ente u organización que exija un título de profesor de tenis para dar clases; cualquier persona puede comprar un canasto, una cantidad de balls, reservar cancha en algún club social o privado, y si tiene algún alumno ya puede “dar clases”. Sin poder sancionatorio no es posible hacer cumplir las normas.

Esto implicaría un esfuerzo institucional para lograr, a través de la aprobación de leyes, reglamentos, etc., que la entidad madre (la AAT en la Argentina) tuviera el poder de policía para verificar la idoneidad de los profesionales de la enseñanza (por lo menos) en las instituciones afiliadas, lugares de entrenamiento oficiales, etc. 

También se podría hacer un esfuerzo desde el lado privado para lograr una reputación tal, que cualquier recomendación fuera una especie de “Norma ISO” de calidad, como se podría decir de un entrenador de Básquet que aprobara el curso de la NBA…

Claro que en ambos casos es un proceso largo, con un período de adaptación, de “moratorias de enseñanza” y “puertas abiertas” para que vuelvan a capacitarse todos. Una buena comunicación de objetivos y diseño de etapas es clave aquí.

Y entonces?

La política sancionatoria puede servir como un principio, pero puede desalentar a muchos que comienzan con un cúmulo de exigencias, o dejar de lado a gente que es muy capaz por experiencia o logros (grandes jugadores, profesores con pocos títulos académicos pero con mucho oficio, etc.) para formar jugadores. Un deporte que quiere crecer no puede dilapidar eso solo por normas.

Creemos que la mejor solución pasa por una mix adecuado de sanciones (palo) e incentivos (zanahoria). Partiendo de la realidad de que las Asociaciones están formadas en su mayoría por personal voluntario y/o con poca formación en gestión deportiva, van algunas sugerencias:

Palo:

  • Buscar la aprobación de leyes que dejen en manos de las Asociaciones del deporte la formación, titulación/colegiación y titulación de profesionales idóneos, lo cual le permitiría no solo dividir a los que “saben” de los que no, sino que daría tranquilidad a los clubes y aficionados que quieran aprender
  • Sanciones a los clubes afiliados que contraten profesores no matriculados
  • Sanciones a los jugadores de clubes/centros/academias que tengan profesores no afiliados, en su participación en competencias oficiales nacionales e internacionales

Zanahoria:

  • Cursos gratis introductorios: para atraer a los que empiezan con una formación básica que no habilite pero que sea un prerrequisito para la formación completa. Eso ya sería un filtro
  • Aprobaciones provisorias: a los que tengan experiencia se les puede dar una titulación provisoria o nivelación, hasta que terminen su “reciclado”
  • Bolsas de trabajo para los que comienzan: esto ayudaría a los jóvenes profesionales en su primer trabajo y a los clubes para tener un lugar para buscar recursos formados certificados
  • Formación en el exterior: el intercambio entre países de formación puede ser algo a gestionar con la ITF o entre Federaciones nacionales, que ayude a través de becas a mejorar a los entrenadores que buscan la excelencia
  • Participar de la formación: los mejores profesores a la vez deberían enseñar a otros, y esa también tiene que ser un recompensa, ética y en dinero

Conclusión

Este es un breve artículo para describir y esbozar algunas ideas en borrador sobre un problema que afecta claramente al futuro del deporte. Esperamos que sea un aporte para iniciar o reactivar una discusión sobre algo que es “importante” y en algún momento se verá como urgente.

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