En un pequeño libro que escribí sobre la tecnología aplicada a los materiales que se usan para jugar a los deportes de raqueta, dedico un capítulo a la ropa técnica y su evolución. He aquí un fragmento y unos comentarios.
El atuendo (originalmente de los tenistas porque es el primer deporte de raqueta con indumentaria ad hoc) estuvo asociado al blanco como símbolo de pureza, amateurismo y “fair play”.
Esa es la explicación romántica, una más verosímil es que en la Inglaterra victoriana de fines del siglo XIX, las manchas de sudor en la ropa de color causaban vergüenza en las elites que jugaban al tenis, en especial las mujeres que lo hacían de manera recreativa en los parques, mientras los hombres practicaban criquet (no nos olvidemos que el All England Club, cuna de Wimbledon, era el All England Criquet Club).
También la ropa ha sufrido un progresivo “acortamiento” durante este último siglo, desde el largo de las polleras en las mujeres hasta el de los pantalones para los hombres y las blusas y camisas para ambos.
Hasta la década del 30 del siglo XX eran usuales las faldas hasta casi el tobillo para las mujeres y las camisas hasta el puño para los hombres. Los pantalones largos fueron usados regularmente hasta la década del 50, pero ya en 1930 se comenzaron a ver los shorts.
Pero los materiales que se usaban eran pesados, como la franela o la sarga, con terminaciones bastas y confecciones pobres. Fue un famoso jugador francés, René Lacoste, quien en la década del 20, diseñó una remera de algodón de piqué o de punto, con mangas cortas y botones en el cuello hasta el pecho. Valga la pena agregar que desde 1923 le había agregado a la ropa que usaba, un emblema de un cocodrilo a la altura del corazón, que luego incorporó a la que diseñó y así creó una marca de las más reconocibles en el tenis.
Las modificaciones de Lacoste pusieron fin a varios inconvenientes: las mangas enrolladas, muchas veces se bajaban molestando en el juego, la presión de los botones se podía aflojar desprendiéndolos hasta el pecho sin el problema de que se abrieran los de abajo, el material usado de algodón permitía que se evaporara rápidamente el sudor y que se ventilara mejor el cuerpo, el cuello alto que tenía la remera aseguraba cubrirse mejor de los efectos del sol, y por último, el largo diferente en la parte de atrás lograba que no se saliera del short. Estas remeras fueron también adoptadas por los jugadores de polo, de ahí el nombre con que se conocen mundialmente: remeras de cuello polo o directamente remeras Polo.
Cuando se empezaron a imponer los shorts y las polleras cortas, el tenis comenzaba a despegar y a hacerse popular, primordialmente en Estados Unidos. Las prendas se mantuvieron casi similares durante décadas, con los mismos materiales y colores, hasta que en la década del 70 comenzaron a aparecer diseños en colores suaves de celeste y amarillo. Luego algunos motivos como rayas o mangas de otros colores y en la década del 80 y 90 hubo una explosión del color y de figuras estampadas en la vestimenta de los jugadores, hasta llegar al uso de telas como el denim (jean) en shorts y calzas debajo de los mismos, en el modelo que popularizó Agassi.
Actualmente han aparecido nuevas combinaciones de tejidos más livianos, transpirables, y diseños más adaptados aún a las exigencias del juego, pero el uso de colores y formas ha variado muy poco en los últimos 15 años.
José Luis “Tata” Echegaray
Entrenador de tenis y pádel. Es profesional. Consultor deportivo en Gestión y Marketing. Lic. en Periodismo. Máster en Cs. Políticas y estudios en USA, Brasil y Argentina en Gestión Deportiva. Columnista de diversos medios. Blog “La Raqueta Subversiva” en Medium y “El 3er Lugar”. Página web: www.proclub.com.ar. www.eltercerlugar.club
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