El porqué de las cosas en el pádel amateur

Intro

Este artículo surgió de conversaciones triviales, que fueron profundizándose, con el profesor español Abel Sáenz Cordón. La idea fue tratar de encontrar explicaciones accesibles y sensatas para el usuario medio, de manera que no solo pudieran ser “realistas” sino también aplicables en la práctica del deporte social

⦁ ¿Cómo jugar al pádel no profesional?

Si pensamos en los que juegan por dinero y los que enseñan, como los únicos profesionales del pádel, o que trabajan de ello, concluiremos que el 99,8% de los jugadores lo hace por diversión, y que, básicamente, no tienen la preparación, ni la habilidad, ni la edad, ni el interés en dedicarse al alto rendimiento o a enseñar.
Por ello, el juego del pádel es básica y mayoritariamente NO profesional. Lo que significa que es diferente, aunque en algunas cosas podrá parecerse y es claro que se pueden sacar enseñanzas, de los profesionales, pero en los aficionados podríamos decir que es más importante antes que jugar mejor, el “dejar de jugar mal”.
Por ello, tenemos que hacerle entender al jugador de pádel, que este es un juego táctico que busca como objetivo final divertirnos jugando bien o, mejor dicho, JUGAR BIEN Y DIVERTIRNOS.
Poniendo esto como guía, se deduce que bajar los errores no forzados es más importante que los tiros ganadores que se hagan. Y que lograr “pasar una bola más” será más importante que forzar un error rival.
Muchas veces es difícil hacer entender a un/a jugador/a de a pie, que puntúa igual una bola que sacamos por encima de la reja lateral, por la puerta, etc., que fallar un resto o una volea fácil.
Se tiende, a menudo, a jugar el tiro bonito y ganar un ¨gran punto¨, para luego perder 15 o 20 en el transcurso del partido con errores no forzados. Y nos centramos en el ¨gran tiro¨ en vez de buscar el error del rival.

⦁ ¿Por qué utilizar la táctica en el pádel amateur?

Una primera respuesta sería: porque así es como se juega al pádel, no importa si es profesional o no. El Pádel tiene un componente táctico superior al de muchos deportes, donde puede prevalecer la fuerza, la velocidad o la agilidad antes que el pensamiento. El espacio se hace pequeño cuando hay dos jugadores adultos cubriéndolo, el sistema de conteo premia al que es consistente a lo largo del match, etc.
Decir que se va a jugar a “nuestro pádel”, es muy ambiguo e impreciso. En cada partido nos encontramos con una pareja diferente que, a la vez, tiene rendimientos disímiles entre sus integrantes.
No puede ser lo mismo jugar contra rivales ¨mejores¨ o ¨peores¨, que contra unos con mejor físico y menos edad, y viceversa. Cada torneo, cada partido, cada ¨pachanga¨ es una historia nueva, cada set, cada juego, cada punto es diferente, tanto, que una simple bola, un simple winner, o un ¨no forzado¨, pueden hacer cambiar para bien o para mal el desarrollo del mismo. Es por ello, que la táctica es indispensable desde antes de entrar a la pista.

Una segunda respuesta sería discriminar lo que es estrategia y táctica. Donde la primera sería el Qué, el Plan de Juego, y la segunda serían los modos, el Cómo llevamos a cabo ese juego. Por ej. Una estrategia sería, contra dos rivales que son potentes pero inconstantes, hacer durar el punto. Las tácticas para ello podrían variar, dependiendo de otros factores: podríamos jugar muchos globos si la pista es descubierta, o podríamos dejar pasar muchos tiros para que la bola en los botes en las paredes pierda fuerza y nos dé más tiempo para contragolpear.
Una tercera conclusión sería: se puede tener un buen o mal plan de juego, pero no se puede entrar a jugar sin uno, ya que eso es una receta para el fracaso. ¡Y el plan es la estrategia o táctica!!
Una simple táctica o estrategia, por básica que sea, hará que tengamos un patrón de juego por el que empezar al entrar en la pista. Y no, simplemente, jugar nuestros mejores tiros, porque si estos no funcionan y beneficiamos al rival, haremos que algo positivo se vuelva negativo.
Ej.: No sirve de nada tirar mi mejor bandeja y arriesgarla ante jugadores/as que lo defienden todo, quizás debo ser más consistente en seguir madurando el punto, hasta poder cerrarlo con otro golpe o, simplemente, forzando el error del rival.

⦁ Qué tácticas podemos utilizar los amateurs, y sus porqués

1. Apelando a Don Perogrullo, la primera táctica sería: “metamos una bola más que ellos”
2. La segunda sería: todos los puntos valen uno, pero hay algunos que son más importantes que otros, por lo que no vale lo mismo un 15 iguales del segundo game, que un 30/30 de un 5/4 arriba que nos coloca set point
3. Otra también básica: no hagamos la pelea pareja, seamos dos contra uno, y ese uno es el más débil
4. Seguimos con ideas genéricas: potenciemos nuestras fortalezas (que se supone que debemos saberlas) y aprovechemos las debilidades de los otros (y aprender a detectarlas pronto, es una habilidad para practicar, ya que no sirve darnos cuenta de que uno de los adversarios era zurdo cuando nos vamos a saludar a la red al terminar el match).
5. Con respecto a este punto sobre las fortalezas, valga una nota extra: no debemos pensar en las fortalezas propias solamente, sino en las de mi compañero, y lo que es aún más importante y que hace la real diferencia, la fortaleza combinada de nuestras habilidades, que seguramente hará más daño que separadas: por ej, que luego de un smash de mi compañero yo cierre hacia adelante tratando de aprovechar una devolución débil o un intento de bajársela a sus pies, hará más daño que si yo solo me quedo estático
   
   ⦁ ¿Jugadores o golpeadores?

Para muchos son sinónimos, pero verán que no es así. Muchos conocerán esos que tienen todos los tiros y un estilo depurado o calcado al de los profesionales, una pegada impresionante y un alcance por encima de la media. Pero también seguro conocemos otros que no lucen, que sus empuñaduras no son las de libro, su estado físico está más cerca del empleado de oficina que del atleta, y que su agilidad está reducida a su metro cuadrado, pero que, sistemáticamente, en base a tesón, paciencia y voluntad, consiguen resultados.
Todos también los hemos padecido, y están en todos los niveles de juego. Desde ya, si se juntan las dos cosas al límite tenemos a Bela, pero como esto se trata del pádel real, hay que optar hacia uno de los polos y, claramente, los que mejor juegan no son los pegadores, sino los otros, los que la meten, sin estilo probablemente, sin tanto despliegue, ni glamour, pero que consiguen el error rival.
Lo importante es buscar ese error, a veces, pasando la bola quizás no con un gran golpe. En la mayoría de las ocasiones, “en nuestro pádel”, la bola ejecutada más sencillamente, se convierte en la más difícil para nuestros/as rivales, y viceversa. Al final, el objetivo que buscamos es ganar el punto, poco importa a su conclusión si fue con mi mejor volea o si el rival la falló, quizás le duela más emocional o anímicamente ese fallo que mi acierto…

Dicho esto, y sin apologías de los que no lucen, tiene que quedar claro que “pegar lindo” no gana partidos, si la bola no entra, no se gana.
Y como la precisión y la velocidad es una relación inversa, ya que a medida que aumentamos la velocidad del partido cometemos más errores, deberíamos bajar la velocidad hasta encontrar aquella en la que somos consistentes.
Y esa es la clave de todo, la diferencia entre los que están por encima de nuestro nivel, no es la velocidad de juego, sino a qué velocidad son consistentes.
Lo que en nuestro nivel es un winner, en el siguiente solo es un tiro que vuelve de nuevo. Por lo que, una consistencia superior provoca errores en los rivales, al intentar ellos arriesgar para ganarnos. Y cuando uno arriesga a veces gana, pero si jugamos por encima de nuestro nivel de consistencia, perderemos la mayoría de las veces.
Al final, lo que buscamos es poder jugar contra diferentes rivales, y adaptarnos a esos entornos sabiendo, en cada momento, qué es lo que podemos, y no, hacer, para ser competitivos aún ante rivales que consideramos “mejores”, y sin relajarnos ante los que consideramos “inferiores”.
Esto no significa no arriesgar, porque en ciertos momentos o con ciertos rivales no sirve solo pasar la bola, sino que esta tenga un sentido, una intención para que, de esa manera, consigamos ese ansiado objetivo que es “GANAR EL PUNTO”.

⦁ ¿Por qué no tengo que intentar copiar a los profesionales?

Bueno, por la misma razón que no trataríamos de manejar como los corredores de F1 o patear una bola como un jugador de La Liga. Hay diferencias de talento, preparación, y hasta de edad. Hasta puede ser peligroso para la salud tratar de imitarlos en algunas de las cosas que hacen (salir corriendo de la pista y pegar una bola casi sin mirar el entorno, pegarle fuerte repetidamente desbalanceado, sin tener la musculatura y las articulaciones entrenadas para ello, etc.).
Pero, para complementar esto, deberíamos decir que lo que vemos de los profesionales, es solo el final de un proceso que implica más allá de lo que trae de la cuna, muchísimas horas de práctica, de sacrificios y de privaciones que pocos ven y los menos reconocen. Y que, si bien esta carga es grande y los premios deberían estar en relación a ello, pocos aficionados estarían dispuestos a pagar ese precio.
Lo que hay que copiar de los profesionales son otras cosas, que desarrollaremos en otro artículo, pero algunas son muy básicas, como no errar tiros fáciles, y otras intangibles, como el respeto a la preparación previa en el calentamiento, el apoyo al compañero, el enfoque en los puntos importantes, etc.

⦁ ¿Qué importa más? ¿La técnica o la táctica, en el pádel amateur?

Pregunta fácil de hacer, pero con pocas respuestas fundadas. Claramente, un jugador con menos técnica y con un adecuado plan de juego, supera a un jugador técnicamente prolijo pero que no tiene idea de encadenar los golpes, o a quién o adónde jugar la bola.
Si bien la técnica se puede aprender con un buen profesor y buenas prácticas, muchas veces es un camino arduo y requiere, en algunos tiros, una curva de aprendizaje muy larga o, simplemente, los jugadores no están dispuestos a hacerla por el esfuerzo físico y/o el tiempo que demanda.
Pero la táctica es algo que es producto del pensamiento y la experiencia. Y esa habilidad se entrena y no decae con la edad (o solo hasta que es muy avanzada, o se es necio, pero para ello no hay edad), por lo que podríamos decir que luego de los 30 años, cuando todo mengua: velocidad, fuerza, resistencia, flexibilidad, la cabeza todavía está a pleno, y eso se puede entrenar de manera sostenida.
Está claro que, una vez llegado a un cierto nivel técnico, es más difícil e incluso, puede resultar hasta aburrido, intentar mejorar ese nivel (requiere de mucho tiempo, muchas horas de esfuerzo sin ver objetivos a corto o medio plazo, y no todo el mundo está dispuesto a hacer esa concesión) por lo que, quizás, es más práctico, o mejor, aprender dónde jugar y cómo y por qué, que jugar bolas indefendibles…
Una bola, bien pensada y ejecutada al sitio correcto, puede hacer el mismo daño o, incluso más, que un golpe 10 puntos, si el mismo no tiene sentido táctico.

⦁ La dificultad de acostumbrarse a niveles de juego diferentes en la pista

Lo bueno de cambiar rivales es que nos hace prepararnos a nuevos desafíos. Lo mismo para nuestros compañeros: si cambian (mejoran o empeoran) o son otros, deberemos adaptar lo que sabemos y lo que no, a su nivel.
Esa flexibilidad se entrena. El poder “leer” fortalezas y debilidades en uno, en el partner y en los adversarios, es, como mucho, un “skill” que se precia y marca la diferencia entre una persona que entra a la pista y un jugador de pádel.
En este apartado nos instalamos en el problema que tememos los/as jugadores/as y o entrenadores/as a la hora de analizar rivales, cualquiera sea el rol que nos toque.
Hay muchos ejemplos que se pueden poner en este caso, como no darnos cuenta del jugador/a zurdo/a hasta que se acaba el partido.
Errores de apreciación como esos hay cientos en cada partido, que no analizamos y que pasan desapercibidos, ya que nos centramos en la volea que erramos o en otros muchos aspectos…
Me vienen varias preguntas que suelo hacerme como jugador, o como entrenador hago a mis jugadores/as…:
⦁ ¿Por qué si le estoy sacando a un rival a su revés, y obtengo beneficios, cambio mi saque?
⦁ ¿Por qué si los puntos se ganan en la red, no soy capaz de arrebatársela a mis rivales cuando tengo una bola fácil para tirar un globo? Quizás así, no me sigan presionando…
⦁ ¿Por qué no tenemos paciencia para defender?
Vienen cientos de esas preguntas que se convierten en las palabras “errores no forzados”, y que a todos/as nos cuestan puntos, juegos, sets, partidos, torneos, “pachangas”…
Porque cabe recordar que en este juego no ganamos, lo que hacemos es perder, o hacer perder a nuestros rivales.

Lo que entiende el amateur a la hora de hablarle de táctica

Ahora veremos cómo hablarle a un compañero/a o jugador/a sobre la táctica a emplear. No todos/as son capaces de jugar con unas pautas o condicionarle al rival. Muchos/as solo golpean sin pensar el por qué, y si les intentas hacer pensar, parece que les generamos un cortocircuito en su forma de jugar.
La, o las preguntas serían:

⦁ ¿Cómo ser capaces de hacerlo pensar?
⦁ ¿Cómo hacerle seguir una táctica?

No todos/as los/as jugadores/as son capaces de “pasar por ese aro”, y al final se produce una anarquía en el juego, que permite a nuestros rivales pescar en ese desorden y ganarnos partidos que, supuestamente en el papel, debían ser nuestros… Por lo que las respuestas adecuadas pueden cambiar drásticamente los resultados que conseguiremos