Pablo Apud
Director de Appoint. Gestión en Tenis. Tutor del Profesorado de Tenis de la AAT, Capitán de equipos Nacionales de la AAT, con gran experiencia en formación y desarrollo de jugadores, en capacitación de entrenadores y asesoramiento a clubes y federaciones. Entrenador y en la mayoría de los casos formador de 20 top ten nacionales.
José Luis “Tata” Echegaray
Entrenador de tenis y pádel. Es profesional. Consultor deportivo en Gestión y Marketing. Lic. en Periodismo. Máster en Cs. Políticas y con estudios en USA, Brasil y Argentina en Gestión Deportiva. Columnista de diversos medios. Página web: www.proclub.com.ar. Blog “La Raqueta Subversiva” en Medium y “El 3er Lugar”
Mail: joseluis@proclub.com.ar
Intro
Un Director es un líder casi por definición y, más allá de lo que haga personalmente, es su equipo el que lo hará por él y le ratificará, o no, si tiene las dotes para serlo cabalmente.
Estas 6 características pueden no ser las únicas pero si las más importantes que, estimamos, ayudan a que un equipo llegue adónde por sí solo, no podría haber llegado. Tal vez eso, y solo eso, defina la tarea del Director
Si bien la motivación para muchos “sale de adentro”, también puede venir “de afuera” con el ejemplo, la enseñanza y la acción del líder. Estas son algunas de las mejores características
1- CREER EN ÉL MISMO Y EN C/U DE LOS INTEGRANTES DE SU EQUIPO (y hacérselos saber)
Cuando el líder es una persona segura y convencida de sus actos, muestra a su equipo con claridad hacia dónde conduce al grupo.
Por otra parte, es indispensable que les haga saber a cada uno de los integrantes de su staff, cuánto confía en ellos y lo satisfecho que está con su performance, más allá de los resultados.
2- LIDERAR CON HONESTIDAD.
El director debe dar mensajes claros que generen la confianza de su gente, motivándolos con mensajes auténticos. Si el equipo ve a su líder comunicarse y gestionar con colegas y clientes así, eso los inspirará a ser cada vez mejores personas y profesionales. Esto, a su vez, se verá reflejado en la relación entre sus integrantes.
3- PREGONAR CON EL EJEMPLO
Se efectúa con pequeños, pero importantes detalles.
- Cuando el líder es puntual y llega 10 minutos antes del inicio de una clase, habla del respeto que le tiene al cliente recibiéndolo. Cuando se da al contrario, o sea cuando el alumno llega antes, le quita seriedad al servicio.
- Es una elocuente muestra de humildad llevar los canastos a la cancha como cualquier profesor del equipo.
- Si cada día de trabajo da el 100 x 100 de energía, es más fácil exigirlo y, muchas veces, ni será necesario hacerlo.
4- QUE TODOS SIGAN LA MISMA LÍNEA DE TRABAJO
- Prestar un servicio de excelencia debe ser un factor común entre los profesores y entrenadores.
- Que el modo de comunicarse con nuestros clientes sea muy similar entre un profesor y otro, por ejemplo: les preguntaremos mayormente: ¨cuál cree que fue su error?”, antes que corregírselo.
- Que valoremos más la calidad humana de nuestra gente que su nivel deportivo
5- QUE NUNCA LOS PREMIE O CASTIGUE POR RESULTADOS DEPORTIVOS, PERO SÍ POR ACCIONES DEL DÍA A DÍA.
El director debe motivar a los profesores a realizar un correcto trabajo en cada jornada.
Nunca debe confundirse premiando a los profesores por logros deportivos obtenidos con nuestros alumnos o equipos, sin considerar el empeño invertido. Muchas veces un profesor da todo de sí y al jugador o al equipo no le va como desea, en ese caso el profesor debe ser valorado positivamente, ya que dar todo como un profesional es un triunfo en sí mismo.
6- CAPACITARSE Y CAPACITAR A SU EQUIPO CONTINUAMENTE
Que la idea de ser cada día un poco mejor sea un hilo conductor del staff.
Generar un efecto espejo es fundamental, cuando el líder se capacita es muy probable que el equipo siga ese camino.
Conclusión
Ser líder es una tarea a tiempo completo que muchas veces tiene recompensas silenciosas, o demoradas en el tiempo. Pero otras se pueden ver en la acción cotidiana, cuando un profesor vemos que se pone la camiseta del club o del centro de entrenamiento que dirigimos, sin tener problema en quedarse después de hora, practicar un poco más con los jugadores o hacer “la milla extra”, sin pedir nada a cambio o un plus.
Como se suele decir, el premio del líder no está en el logro en sí, el premio es el camino, y los compañeros que lo siguen.