La Escuela de Pádel y la iniciación deportiva

Intro
La manera que tiene un club de renovar su “parque” de socios, jugadores, en suma, clientes, es la incorporación de nuevos miembros, que se tienen que enganchar con la institución. Y en los que tienen pádel, la escuela es un punto nodal, ya que no solo forma a los futuros jugadores, sino que “incorpora” e “integra” a la familia.

¿Qué debemos evaluar en un niño cuando llega a nuestra escuela?
Una buena evaluación de los chicos es clave para comenzar bien su vida deportiva y encontrar su mejor versión. Antes que nada, es necesario conocer que existe una “Edad Biológica” y una “Edad Cronológica “.
A la hora de clasificar y evaluar a los alumnos debemos saber que no siempre la edad que dice el DNI se correlaciona con la edad biológica del niño. El ritmo del crecimiento y el desarrollo puede acontecer a diferentes velocidades en dos niños de la misma edad, lo que marcará una clara diferencia en las características físicas y coordinativas, y como consecuencia en el aprendizaje.
Los alumnos más precoces tendrán ventajas físicas y psicológicas sobre sus compañeros con un ritmo de desarrollo más lento, por lo tanto, lo que para un grupo etario supone un estímulo eficaz, para el otro grupo puede no serlo y hasta ser perjudicial.
Estas diferencias, en algún punto, pueden ser vistas como algo positivo ya que un entorno desafiante, en muchos casos, tiende a desarrollar individuos exitosos en un futuro, pero en otros puede generar frustración. Dependerá de la formación del Profesor y de su habilidad para poder tomar decisiones al respecto.
Si bien en una escuela deportiva, por cuestiones operativas, es necesario dividir a los alumnos por edades, no debemos dejar de tener en cuenta el STATUS MADURATIVO por sobre la edad cronológica, para que cada niño deportista se asegure un estímulo de entrenamiento eficaz.
Para dicha tarea, deberemos observar cómo el chico se desenvuelve en el contexto de una tarea o ejercicio determinado, sus niveles de fuerza y velocidad; el control, la sincronización y el ritmo de los movimientos, como así también la capacidad de atender a una consigna y comprenderla.

El componente social
La mejor educación se hace en grupos. Y estos, en especial, son mejores si las edades (cuando hablamos de edades no nos referimos como decíamos antes a las que figuran en el documento sino a las madurativas) son similares, y también los intereses (juegan el mismo deporte, son de la misma zona, son homogéneos social y económicamente, etc.)

El rol del profesor
Es muy importante que el profesor tenga un seguimiento de los cambios en nivel de juego cuando los grupos pasan de año a año, y hasta de si la familia del chico se muda, los padres se separan, cambia de colegio, etc. Todo eso puede afectar a la cohesión del chico con el grupo.

El rol de los directivos/dueños
El apoyo de los que dirigen el club no solo es imprescindible porque precisamente son los que marcan hacia dónde ir, sino que, por más bueno que sea el técnico, sin el apoyo “político” y/o financiero no hay chances de que ningún proyecto florezca.
En el caso de los clubes que tienen un posicionamiento hacia el estímulo de la competencia juvenil y de la formación de talentos esto se hace más fácil, pero intentar hacer algo así cuando el objetivo principal es otro (comercial o de renta de canchas, para adultos mayores, etc.) no solo es casi garantía de fracaso, por no alinear los esfuerzos, sino que también provocará frustraciones de (posibles) futuros buenos jugadores e impotencia de los profesores/formadores de vocación.

El papel de los padres
Los padres no solo tienen un rol activo al traer a los chicos y participar de las decisiones sobre su futuro, sino que también pueden ser un gran elemento en el aspecto del “voluntariado” para colaborar con los profesionales en llevar, ver y supervisar las competencias y viajes de los chicos.
Pero el límite entre eso e inmiscuirse en decisiones técnicas y tiempos de desarrollo puede ser muy fino y fácil de cruzar, por lo que una adecuada “educación” a través de un cursillo formación para padres, se hace muy recomendable y necesario.


Conclusión
La base del deporte es la escuela (no escuelita) del pádel. Es la garantía de la renovación del parque de jugadores y se podría decir la razón por la que el deporte perdurará. No hacerlo no es una opción para ninguna institución que quiera subsistir, y hacerlo mal es algo que se puede evitar con una buena planificación profesional y un seguimiento con el apoyo de padres y dirigentes. No es fácil, pero es el mejor camino en el largo plazo, por el deporte y, en especial, por los niños.

Cabeza 2

José Luis “Tata” Echegaray

Entrenador de tenis y pádel. Es profesional. Consultor deportivo en Gestión y Marketing. Lic. en Periodismo. Máster en Cs. Políticas y con estudios en USA, Brasil y Argentina en Gestión Deportiva. Columnista de diversos medios. Página web: www.proclub.com.ar. Blog “La Raqueta Subversiva” en Medium y “El 3er Lugar”

Mail: joseluis@proclub.com.ar

Pablo Sisti

Entrenador y jugador profesional de Pádel. Actualmente trabaja con la Selección de Egipto Propietario de Nexo Sport, Especialista en Entrenamiento de la Fuerza. Formador de Jugadores Juveniles integrantes de la selección Juvenil Argentina

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