10 señales para descubrir que ese monitor no es recomendable para Ud (o sus hijos)

Intro

Definir un buen monitor parecería una cosa sencilla, tal vez podríamos ver dos aspectos a priori: tener un título y experiencia. Luego, podríamos profundizar en eso y ver si el título es de un lugar de excelencia,  si su experiencia es en el área en la que queremos aprender y es dilatada y prestigiosa.

Pero alcanza con eso? O acaso podría ser que alguien que no ha estudiado un curso con los mejores y no tenga tanta experiencia sea mejor o más promisorio?

En este artículo veremos, junto con un gran profesor y “detector de buenos monitores” Nico Dellavecchia, algunas cosas que no deben faltar a la hora de evaluar correctamente a un buen profesional.

Señales

Las señales están, solo hay saber interpretarlas, decía un viejo baqueano, y esta es una breve lista de en donde poner la mirada a la hora de seleccionar a un buen profesor. Y que esto sirva también de reconocimiento a los que cumplen con creces con muchas, todas y hasta más de ellas!

1. Imagen: en un viejo anuncio de las cámaras Canon se lo veía a un joven Agassi con su pelo teñido, sus shorts de jean y calzas flúo debajo, diciendo “the image is everything”. Mas allá de las críticas y repercusión que tuvo en su momento, la verdad es que, nos guste o no, los profesores son juzgados a primera vista, pero también su reputación es parte de la imagen que proyectan tanto en sus alumnos como con los colegas. Por lo que, como sucedía con la honestidad de la esposa del César, los profesores tienen que parecer buenos y serlo también.

2. Valores: la enseñanza podría ser un valor en sí mismo, no? O puede ser un disvalor? O puede enseñar valores incorrectos como simular en una competencia una lesión para tener un tiempo, protestar fallos en contra inexistentes, etc.? Una pregunta directa al profesional de la enseñanza sobre los valores que sustentan su trabajo, puede darnos pistas si los fundamentos a) existen, b) son buenos y c) tienen que ver con lo que realmente se da en la pista.

3. Disciplina (propia y hacia jugadores): dicen que es la madre de todas las virtudes, o la falta de ella el inicio de todos los vicios, no sabemos muy bien, pero claramente los profesores que inculcan disciplina y, a la vez, se los ve disciplinados, son los mejores (eso vale para cualquier profesión).

4. Trato justo (reparto de minutos o responsabilidad): y no se trata tanto de trato igualitario, sino ecuánime, ya que, como sabemos, en los grupos no todos tienen idéntico nivel, por lo que no se reparte la atención pareja (igual) sino en más proporción a quien lo necesita (de manera ecuánime,) sin descuidar a los mejores para que no pierdan motivación ni ritmo de mejora.

5. Puntualidad (en todo): cumplir horarios es una pequeña y potente muestra del compromiso profesional. Nadie está exento de contratiempos (fíjese el término!) pero esto no puede ser rutinario, porque habla de un patrón de comportamiento, y también es la base de otros cumplimientos mayores.

6. Métodos (de entrenamiento y de enseñanza): el cómo es la “receta de la salsa” y, si bien la salsa de la abuela puede ser muy sabrosa, hay nuevas, mejores y “más nutritivas”. Por lo que vea si su profesor está aggiornado y le enseña usando nuevas tecnologías, con maneras divertidas y que lo “enganchen” con el deporte, sin repeticiones sin sentido.

7. Conocimientos (del juego y de las distintas áreas): si un profesor alardea de lo que sabe, es casi seguro que carece más de lo que tiene. Pero de alguna manera debe mostrar sus conocimientos, y esto lo saben los alumnos que hablan de él, los que vuelven año tras año, o que guardan un gran recuerdo de sus enseñanzas.

8. Objetivos (ídem 10) 

9. Variedad de entrenamientos 

10. Motivador (jugadores densos o con problemas o lesionados o frustrados o sanos, pero aburridos)

11. Planificación (anual, trimestral, mensual, semanal, diaria o a la inversa)

12. Director de juego (llevar el partido con sus cambios)

13. Estrategas (preparador de jugadas defensivas y ofensivas)